El lunes, durante su primera conferencia de prensa tras su victoria electoral, Donald Trump se mostró satisfecho con el apoyo que ha recibido para su segundo mandato. “Durante el primer mandato, todos me atacaban. En este, todos quieren ser mis amigos”, comentó.
Aunque su declaración puede haber sido una exageración, el contraste entre su primer mandato y la transición a este segundo es notable. Empresarios como Jeff Bezos (Amazon), Mark Zuckerberg (Meta) y Sam Altman (OpenAI) han prometido grandes donaciones para la toma de posesión de Trump. Además, el CEO de TikTok, Shou Zi Chew, se reunió con Trump en Mar-a-Lago, tras haber sido uno de los objetivos de la administración Trump durante su primer mandato debido a preocupaciones de seguridad nacional.
El presidente electo también se opone ahora a los intentos del gobierno de Biden de prohibir TikTok, un movimiento que beneficiaría a Facebook, la plataforma a la que Trump acusa de contribuir a su derrota electoral en 2020.
Otras figuras importantes también han mostrado su apoyo, como Zuckerberg, quien cenó con Trump en Florida, y Sundar Pichai, CEO de Google, que ha planeado una reunión con él. El director de Salesforce, Marc Benioff, también expresó su deseo de trabajar con Trump para promover el éxito del país.
El acercamiento no se limita a los empresarios. Figuras de los medios, como Joe Scarborough y Mika Brzezinski de MSNBC, visitaron Mar-a-Lago, y ABC News llegó a pagar $15 millones a Trump para resolver una demanda por difamación.
Este cambio de actitud se extiende incluso a algunos demócratas. El senador John Fetterman mostró disposición para apoyar algunas de las nominaciones de Trump, y Bernie Sanders consideró respaldar a Robert F. Kennedy Jr. como secretario de Salud.
En comparación con su primer mandato, donde la oposición fue feroz y las protestas masivas siguieron a su investidura, el escenario político parece haber cambiado. Si bien algunos demócratas planean boicotear la investidura, el presidente electo se muestra confiado en el respaldo de sectores clave.
Sin embargo, cuando Trump empiece a implementar su agenda, como la de deportaciones masivas o aranceles comerciales, podrían surgir nuevas resistencias, tanto de demócratas como de intereses empresariales.
La situación actual muestra una resistencia menos perceptible que la de hace ocho años, pero aún hay fuerzas que podrían desafiar su gobierno.